Guión: Kurt Busiek
Dibujo: Alex Ross
A
modo de introducción en muchos sentidos imprescindibles tanto por su guión, que
desde el punto de vista de una persona normal y corriente toma punto de apoyo
para narrar una gran parte de los eventos en Marvel más importantes y que ya
comentaremos más adelante como por su apartado técnico, toda una obra maestra
de Alex Ross, más ilustrador que dibujante, como ha demostrado en numerosas
ocasiones, además de con este cómic, con otros como Justicia, o los especiales
de los principales héroes del universo DC, así como algunos proyectos
diferentes como Kingdom Come también de DC o el independiente Uncle Sam. Así
podemos considerar igualmente a este cómic como una gran oportunidad de disfrutar
de las aventuras de superhéroes de una forma diferente contando con un gran
dibujo.
Para
esta reseña lo que haré será dividirla en dos partes: por un lado hablaré del
argumento de Busiek y por el otro nos referiremos al apartado artístico,
haciendo una breve parada para comentar el gran trabajo que desarrolló Alex
Ross en el cómic.
Los Invasores en acción participando en la guerra de Europa |
Apartado del argumento
Pero
no sólo es capaz de narrar la evolución de este personaje, que ya iremos viendo
a lo largo de la reseña sino que también hace un prólogo genial con los
pensamientos de la Primera Antorcha Humana y su creación, cómo entiende él la
existencia, cómo ve su encierro y posterior educación a través de cables donde
su creador le infunde el conocimiento a través de conceptos que él no ha visto
o sentido pero que conoce, lo que le causa un gran desconsuelo. Al final de
este libro primero de los que se divide la obra podemos ver su liberación
debido a una falla del cemento y cómo escapa sin que se le vuelva a ver en un
tiempo.
En
el segundo libro toma al que será el protagonista principal durante el resto
del cómic, el fotógrafo Phil Sheldon, que vivirá esta nueva experiencia de la
aparición de los prodigios desde la feria de ciencia en la que el mundo ve por
primera vez a un prodigio y su reacción no puede ser más conservadora, por el
miedo profundo y real que muestran, que consigue apagar la llama de esta nueva
ciencia y que acaba con este prodigio encerrado en cemento sólo por la
intermediación de su creador. Así la vida en América sigue tranquila y feliz y
en este caso Phil vive una vida apacible con una novia a la que quiere y con la
que tiene planes de una feliz boda y un trabajo que lo mantiene tanto activo
como económicamente con su sueño en mente de poder trabajar como corresponsal
en Europa.
Pero
en este ambiente de vana felicidad aparece un nuevo enemigo, Namor el Hombre
Submarino, un hombre que viene del mar y que declara la guerra a la humanidad
por los continuos vertidos que dañan a su pueblo del mar. Es en ese momento
cuando vemos cómo la sociedad se tambalea ante la presencia de los que
consideran como sus superiores y por qué no, como seres cercanos a los dioses
en el sentido de ser capaces de decidir sobre su destino con un gesto de su
mano, algo que el pueblo no es capaz de aceptar y cómo bien piensa Sheldon el
pueblo americano y por extensión la Humanidad ha pasado a ser meros
espectadores del teatro que es el mundo, han perdido el poder de intervenir en
el desarrollo de la humanidad, al ver la lucha entre este nuevo superhombre y
la regresada Antorcha Humana, que tras destrozar la ciudad acaban haciendo un
acuerdo de paz y acaban aliándose para ayudar a los Aliados contra los nazis,
causando el alborozo de la población americana al ver esas imágenes en los
cines, olvidando la reciente destrucción. Además de este hecho lo que acaba por
calmar a la población americana es su propio superhombre sacado directamente
del laboratorio, el Capitán América, aunque nuestro protagonista se pregunta si
sólo se alegran tanto porque creen que está de su lado, aunque la reacción del
pueblo americano no puede ser más favorecedora ya sea desde los más pequeños
queriendo jugar a ser el Capi hasta los adultos viendo emocionados las hazañas
del Capitán en Alemania parando al Invasor de Europa y dentro de la nación
descubriendo espías y conspiraciones.
Pero
algo cambia en nuestro protagonista, ve truncada su vida de existencia
perfecta, idílica y sin fallos: su editor le ofrece la posibilidad de ser
corresponsal en el extranjero el lo rechaza por tener la convicción de que el
futuro del mundo y los recién creados prodigios, que él cree que han venido
para quedarse, no como una ola temporal. También comete la decisión de romper
el compromiso con su novia al creer que en el mundo que el toca vivir no se ve
capaz de proteger a su familia, y si un hombre no es capaz de proteger a su
familia no se merece tener una. En medio de este cambio en su vida, ciertamente
profundo y que rompe su estabilidad se produce paralelamente otra ruptura de la
estabilidad de la sociedad cuando Namor sufre un cambio de actitud y declara la
guerra a la nación americana, con una serie de combates entre él y la Antorcha
en la ciudad de Nueva York incluidos. En este punto Phil sube a una azotea a
sacar La foto, para vivir la acción desde dentro y en el transcurso sufre un
accidente cuando en la lucha superhumana un ladrillo le deja ciego de un ojo.
Cuando despierta vuelve a cambiar de actitud en su continua evolución: vuelve a
reconciliarse con su mujer y esta vez sí que está dispuesto a aceptar el
compromiso del matrimonio, así como el puesto de corresponsal de guerra en
Europa, lugar al que viaja tras casarse de forma oficial. Allí ve en acción a
los prodigios, piensa que será un cambio de carácter permanente y empieza a
asumirlo, mientras escribe cartas a su mujer.
En
un tiempo posterior vemos a un Phil adulto y maduro que sigue trabajando de
fotógrafo y, como él, la sociedad también ha avanzado en su aceptación de los prodigios
sobre todo a partir de la última revelación: el regreso del héroe de guerra el
Capitán América, que se une al recién formado grupo los Vengadores, creados
para la defensa de la Tierra de invasiones terrestres y alienígenas de amenazas
que las fuerzas normales no pueden hacer frente. Aquí observamos el cambio de
mentalidad de la nueva sociedad en la que los prodigios son admirados en vez de
temidos ya que se erigen como héroes, protectores de una humanidad que ya ha
aceptado su papel de rebaño que proteger o de observadores de un espectáculo en
el que no pueden ya participar. Con esto en mente Phil decide sacar adelante un
libro que hable de los prodigios que se apoye en las fotos tomadas por él
durante décadas.
La boda de Sue y Reed Richards. |
La
boda de los Richards es todo un espectáculo y así se encarga Ross en el
apartado gráfico que ya abordaremos más tarde, pero como vimos anteriormente siempre
hay una cara que no queremos ver o nos es non grata. En este caso se producen
unos disturbios y esta vez como símbolo de su evolución; y tras haber visto que
sus hijas habían rescatado a una pequeña mutante que era toda inocencia y cuyos
ojos le recordaron los de los prisioneros recién liberados tras la Segunda
Guerra Mundial, él cambió de parecer respecto de ellos y pensaba en lo
irracional que era esa muestra de violencia y temor, aunque después corra a
proteger a su familia y a la pequeña mutante.
Tras
esto pasan unos años más y el libro es un éxito de ventas, pero ocurre una
crisis en la que parece que se acerca el Apocalipsis con distintas señales como
ver el cielo cubierto de llamas o piedras, así como la llegada de un extraño
visitante plateado y su posterior superior al mando Galactus el devorador de
mundos, al que enfrentan los Cuatro Fantásticos y logran vencerlo, como es
bastante sabido por los fans de cómics Marvel. Dicho esto querría apreciar la
similitud conseguida por el guionista en respetar el argumento original de la
llamada Trilogía de Galactus en los números 48, 49 y 50 de la colección del
cuarteto fantástico con guión de Stan Lee y dibujo de Jack Kirby, como se
plasma en los intentos del Vigilante, algo que no menciona en el cómic de Ross
y Busiek, de ocultar la Tierra y sus condiciones de poder alimentar a Galactus
de la atención de su heraldo plateado y que este atrajera al devorador de
planetas así como la escena en la que Reed Richards enseña el arma que podría
acabar con Galactus, el Nulificador supremo, que una vez más consiguieron en la
serie original con la ayuda del Vigilante y la pericia voladora de la Antorcha
para llegar hasta el invento, así como la lucha del resto del cuarteto con un
androide creado por Galactus para que se encargase de ellos mientras él creaba
la máquina de absorción.
Hasta
aquí la rememoración y las comparaciones, ahora volvemos al presente, en el que
la población entra en shock, por creer que es el fin del mundo de verdad, el
Apocalipsis, que es inevitable y que ni los superhéroes podrán salvarles, al
ver los intentos indefinidos del cuarteto, es en este momento cuando el
personaje vuelve a tener otro momento de evolución y reflexión: en momentos
pasados el se habría quedado en frente de la acción dejando a su mujer y
familia por conseguir ese momento, esa foto que plasmara la situación, pero
esta vez, piensa, si de verdad ha llegado el fin del mundo quería vivirlo junto
a su familia, sin importar si se acababa solucionando y alguien más sacaba esa
instantánea.
Como todos sabemos se solucionó, pero no tuvo las consecuencias que
todos habríamos imaginado. En este punto vemos como el protagonista se aleja de
ser el reflejo de la sociedad americana con la que convive para superarla y
verla como un tercero más objetivo y crítico: el mundo se ha salvado y amanece
un nuevo día en la feliz vida de Phil Sheldon que siempre sospechó que los
héroes lo acabarían arreglando, pero lo que no se imaginó fue la reacción del
resto del planeta; como si fueran críos inmaduros que no aceptan emociones a
veces vergonzantes como el miedo y su aceptación decidieron frustrar su miedo
hacia aquellos que les habían salvado acusándolos de fraude y de ser todo un
montaje, algo que desestabiliza al fotógrafo y que al final del penúltimo libro
en los que se divide no puede evitar explotar contra uno de esos que critica a
los prodigios y decirle que si la humanidad está deseando que fallen para que
el mundo se acabe de verdad, por no ser capaces de entonar unos sinceros
agradecimientos.Llegada de Galactus a la Tierra |
Unos meses más adelante Phil, ya en su vejez, ve cómo su libro se vende con gran facilidad y tiene planes para un segundo, cuando, en un arranque de querer sacar a esa sociedad de borregos en la que vive de su error de no confiar y desacreditar continuamente a sus héroes, busca como objetivo que servirá para su nuevo libro el exculpar a Spiderman de la muerte del Capitán Stacy, para lo que realizará una auténtica labor periodística de búsqueda de testigos y con su férrea voluntad no se rinde de buscar algún testigo que lo exculpe hasta que consigue que le reciba una joven llamada Gwen Stacy, que resulta una agradable joven que no se opone a conversar y de la que logra sacar cierto material con el que logrará demostrar la inocencia del arácnido. Mención aparte la del despliegue visual de Ross con el desfile de máquinas acuáticas invasoras de Namor creadas por un incidente diplomático. Pero mientras va a su casa sucede la tragedia que todos conocemos y es el rapto de la misma joven por el Duende Verde. Aunque esta vez vemos la escena desde los ojos del periodista no deja de ser espectacular, gracias en parte a la labor artística, con la caída de Gwen provocada por Norman Osborn y la infructuosa recogida del héroe que al cogerla por un solo punto de apoyo hace que la caída le provoque una rotura de cuello y la muerte a la joven.
Desolado
por perder la fe que le quedaba y cada vez con un carácter más agriado se da
cuenta que ya no puede encargarse de ningún proyecto relacionado con los
prodigios, ya sea una película o un libro, porque ha perdido toda la
objetividad que podía tener en un futuro, está dentro de ese mundo y, como tal,
tendrá que encargar esa tarea a su ayudante. Pues como él el pueblo americano
está completamente alienado por la llegada de los prodigios, no pudiendo
entender su existencia sin la de ellos.
Apartado gráfico
Ahora
abordaremos el apartado gráfico, que también merece alguna que otra página que
comentar.
Horton, creador de la Antorcha Humana |
De
esta tarea se encarga Alex Ross, al que podemos definir de forma más correcta
como ilustrador que como dibujante y cuyo estilo característico es el
hiperrealismo en sus trabajos, tanto es así, que parece estar frente a una
fotografía, como consigue en todo el cómic Marvels, pero que además deja
auténticas estampas que dan ganas de tener como pósters, algo así como ciertas
imágenes del dibujante Jim Lee y su idea de cómo sería la Bat cueva, idea que
da lugar a una maravilla artística desplegable de tres folios. Pero en el caso
de Alex Ross ya se encarga de mostrar su calidad desde la forma de dibujar las
llamas de la Antorcha, con la impresión de imaginarte su llama bailando al
viento, ya sea en su escape de la prisión subterránea o en sus luchas con
Namor, otro personaje bien dibujado con sus orejas puntiagudas y sus alas en
sus pies como rasgos distintivos; aunque el broche de esta parte del cómic se
lo llevan dos imágenes, la primera es el tsunami creado por Namor para arrasa
la ciudad que demuestra su facilidad para crear la impresión de la realidad del
agua en movimiento y la segunda no menos impactante reunión de todos los héroes
que formaron el grupo de los Invasores en la Guerra Mundial con el Capitán
América a la cabeza con su joven compañero Bucky y con héroes también conocidos
como Namor, la Antorcha y su compañero Toro.
Del
siguiente libro podemos recopilar también varios momentos, desde el principio
además con una espectacular imagen del hombre hormiga en su tamaño gigante
vista desde un ciudadano de a pie y al lado y más pequeños a Thor y a Iron Man
peleando para salvar la ciudad. La siguiente imagen que sobresale es la de la
Patrulla X, a la que da un toque en la oscuridad que los hace ver siniestros,
tal y como los ve la población neoyorquina, sobre todo a Cíclope y su visor
láser amenazando con liberar una descarga. De aquí podemos pasar de una imagen
hogareña en la casa de Phil hasta una velada de la alta sociedad en la
exhibición de la escultora Alicia Masters donde podemos ver por primera vez a
los Cuatro Fantásticos como una pareja de celebridades posando para las
cámaras, a un Anthony Stark ligón y playboy ligando con la escultora seguido de
un Jhonny que le va bastante a la zaga y de una Cosa aislada del resto y que
rebosa soledad y amargura. Como colofón a este segundo libro se puede destacar
la escena de la boda de Susan y Reed con toda la comunidad superheroica desde
los vengadores Thor, Mercurio, la Bruja escarlata, y otros como el Doctor
Extraño. Como contrapunto a esta imagen podemos ver unas páginas más adelante a
los centinelas acechando en las alturas durante la oscuridad de la noche.
La Visión peleando como un Vengador |
Tras
la boda llegan unas imágenes impactantes como son el cielo en llamas dibujado
por Ross que destaca por lo real que parece el fuego y dan ganas de imaginarlo,
así como el posterior fenómeno no menos extraño que es ver el cielo cubierto
por piedras que se suspenden en el aire. Todo esto culmina con la llegada del
gran Galactus, fantásticamente dibujado y que tanto en su aparición en su
esférica nave como en la lucha que mantiene con los Cuatro Fantásticos nos deja
imágenes tan recordables como es su salida de la nave y el momento en que se
endereza descansando sobre el suelo de la ciudad neoyorquina, momento en el que
podemos ver su inmenso tamaño llegando a compararse con un rascacielos. Estas
páginas nos dejan para recordar la lucha entre la Antorcha Humana y Silver
Surfer en su primera visita a la Tierra, la llegada de Galactus en su nave, la
aparición del enviado por Galactus a ejercer como portero malhumorado y echar a
los indeseados, y entre muchas de ellas, la imagen de la rebelión del Heraldo
frente a su Señor y la represalia de este echando rayos de luz por sus ojos y
dando la oportunidad a los héroes terrestres para que se reagrupen.
En
el último libro tenemos que decir que los protagonistas artísticos son más
terrenales ya que el argumento en este punto gira en torno a la búsqueda de la
verdad de Phil Sheldon sobre el asesinato del Capitán Stacy, con visita
incluida a la cárcel por su parte y la cara de pocos amigos que presenta el
Doctor Octopus muy bien reflejada, así como su voluntad de no querer ayudar ni
un poco al que es su enemigo acérrimo y que le ha parado los pies en todas las
ocasiones posibles. Pero eso es a mediados del capítulo, antes podemos
encontrarnos en una imagen que ocupa toda la parte superior de las dos primeras
páginas a unas Vengadores bastante nutridos de miembros donde no faltan la
Bruja Escarlata o Thor y que nos sirven para verlos como los ve Ross, al haber
visto varios trajes de estos personajes a lo largo de su evolución; el ejemplo
que me viene a la mente es la Bruja Escarlata que pasa entre otros de su traje
original de los cómics ahora considerados mas retro hasta algunos tan
variopintos como uno más afín a sus raíces gitanas en la reedición de los
Vengadores llevada a cabo por George Pérez y que tiene como primer enemigo a la
siempre peligrosa Morgana Le fay.
Uno
de los testigos que encuentra le sirve para intentar demostrar su objetivo que
es la inocencia de Spiderman y se trata de la hija del capitán, Gwen Stacy, que
le encandilará por su vitalidad y que además de compartir tiempo con ella para
conseguir material para su segundo libro están juntos en el momento en que
Namor invade otra vez la ciudad aunque esta vez con sus máquinas de guerra
acuáticas, creando una imagen bastante impresionante como es ver a Gwen poco menos
que bailando y disfrutando del espectáculo que causa ver ese desfile de
artilugios sacados de la era industrial y algunos con formas animales, rodeados
de una llovizna continua para no parar su funcionamiento. Las últimas imágenes
memorables en lo que a acción se refiere se encuentran en el enfrentamiento
entre Spiderman y el Duende Verde en el puente de Brooklyn con una Gwen que ha
sido raptada delante de los ojos de Phil y que sigue el rastro del Duende hasta
el puente, donde es espectador privilegiado de la batalla que libran, momento
que aprovecha Ross para hacer una doble página con el puente visto desde arriba
y con el Duende, en su siniestro planeador que sólo esconde diabólicas
sorpresas, y Spiderman luchando, tras lo cual llega el momento trágico cuando
el Duende decide tirar a Gwen y huir dejando a Spiderman intentando salvarla,
algo que no consigue por romperse el cuello al agarrarle él, dejando otra
escena para recordar, la del muy reciente cadáver de Gwen Stacy con un cable
colgando del puente de Brooklyn y la posterior imagen de Spiderman agarrando su
cadáver.
Hasta
aquí la reseña que ha sido un poco más larga que de costumbre; una vez más
recomendaros este cómic por varios motivos: empezando por uno más materialista,
ha sido editado en una económica versión de sólo diez euros dentro de la línea
editorial de Marvel Héroes, a lo que hay que añadir razones más “espirituales”
como es encontrarse frente a un cómic introductorio de la historia general de
lo que ha pasado en Marvel con eventos que han sido importantes dentro de la
continuidad temporal de la editorial, y como acercamiento al mundo de los
cómics con un dibujo que encandila desde el primer momento que se ve y que hará
las delicias de muchos futuros fans de los cómics, pero, como con todo, el
primer paso es darle una oportunidad a lo desconocido.
JHONNY The Kid
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